La llegada de Gin

¡Hola a todos!

Como ya sabréis, hace desde agosto que en casa tenemos a Gin, una perrita de raza Teckel mini -o Daschund, Wiener o más comúnmente conocido como ‘perro salchicha’-. Siento ser tan pesada con fotos y vídeos suyos pero es que nos tiene enamorados.

Decidimos llamarla Ginger porque nos encanta el jengibre y no era un nombre demasiado común, aunque la solemos llamar Gin o Gingi. ¡Por cierto! Ahora tiene Instagram (@minigingi), podéis seguirla aquí.

Fui a buscarla a Girona la primera semana de agosto. Hacía tiempo que pensábamos en tener un perro y teníamos muy claro que queríamos esta raza. Tenía guardado el contacto de una pareja que los criaba, los llamé, quedé con ellos y me fui a buscarla. Cuando llegué se me hizo muy difícil elegir, había 4 hembras. Casi me da un ataque, me las hubiera llevado a todas, cuánto amor. Al final me puse a jugar con ellas y la más espabilada fue la que elegí.

Sólo pesaba un kilo y medio y tenía 3 meses. Muy juguetona, la veíamos alegre y atenta. Una vez acabado el papeleo nos fuimos de vuelta hacia Barcelona en tren, y luego en avión hacia Palma. La verdad es que estaba un poco nerviosa porque me daba miedo que lo pasara mal, era tan chiquitita… Pero ni se inmutó, durmió todo el camino, incluso en el avión. De hecho, muchísima gente se paraba a verla y todas las azafatas estaban pendientes. ¡Un bombón!

Se adaptó muy rápido. La veíamos muy feliz con las cositas que le compramos y estaba atenta a todo. Incluso dormía toda la casi toda la noche sin ladrar ni quejarse. Era muy graciosa, no parábamos de jugar con ella y a los diez minutos caía rendida. Se quedaba dormida un buen rato, normalmente con la barriga hacia arriba. Luego se volvía a despertar, comía, y a dormir otra vez.

Lo más difícil fue el tema del pipí. Como era tan pequeña, hasta que no llevara las 3 vacunas necesarias no podía salir a la calle y tenía que aprender a hacerlo en un papel especial -lo venden en casi todos los supermercados, es un papel absorbente adrede-. Las primeras veces fue muy difícil, luego fue aprendiendo y de ahí pasamos a que rompía el papel y jugaba con él. A la mínima que podía lo destrozaba para morderlo… Pero por suerte acabamos pronto con esa manía y cuando pudo salir, aprendió muy rápido que debía hacer pis en la calle.

De todas formas, ahora cuando viene alguien nuevo a casa, se vuelve loca y de la emoción siempre se hace un poco de pis. La veterinaria nos dijo que era normal, porque era un cachorro. Igualmente, para evitarlo, al entrar en casa intentamos no hacerle mucho caso los dos primeros minutos hasta que se calma.

Por lo que refiere a la raza, Gin es muy atenta. Desde pequeña estaba atenta a todo, aunque no hacía mucho caso porque tal y como nos dijo la veterinaria, todo lo nuevo que ven es más interesante que lo que nosotros le estamos pidiendo :p. Los Teckel son rastreadores, y en nuestra casa o cuando iba a un sitio nuevo siempre lo olía absolutamente todo, cotilla por naturaleza. Cualquier cosa que veía nueva -una moto, un coche, un avión, gente, música- giraba la cabeza como una loca para verlo. Ahora todavía lo hace, aunque poco a poco se va acostumbrando a todo lo nuevo.

Los Teckel son muy cabezones. Sabe cuando no puede hacer algo o cuando sí, pero si lo que le interesa es otra cosa, lo intenta cien veces hasta que ve que no le queda más remedio. Pero poco a poco se corrige. Nos daba mucha pena reñirla, porque la ves tan pequeña y tan mona que te sabe mal, pero hay que educarla y tiene que aprender lo que está bien y lo que está mal. En general se ha portado bien, si casi ha roto algo ha sido jugando con nosotros -un cojín, algún juguete-. Desde bebé se ve que es muy lista, solo que como es tozuda, a veces se hace la tonta para ver si puede hacer lo que quiere. Y si no le hacemos caso o hace algo que sabe que no puede hacer, lo hace para llamar la atención.

Hemos tenido suerte con el tema de los ladridos. De pequeña no lo hacía nunca, y cuando empezó a jugar soltaba algún que otro ladrido pero por eso, por jugar. Tiene una pelota que de bebé no le hacía ni caso, creo que era demasiado grande para ella, y ahora ya se vuelve loca. Era muy graciosa de pequeña cuando ladraba, tenía un ladrido bastante grave.

Otra cosa que nos ha llamado siempre la atención es lo osada que es. Se atreve con todo y cuando juegas con ella, aunque se enfade siempre vuelve a por ti. Si encuentra algo que la asusta, vuelve siempre a ver qué es lo que pasa.

Aprende muy rápido. A las pocas semanas de llegar ya se sentaba cuando se lo decíamos, esperaba la comida en su sitio y no comía hasta que le dábamos la señal. Lo que nos desesperó un poco es que no nos hacía caso cuando la llamábamos por su nombre, si subíamos a la terraza y jugaba con algo, podías estar mil años llamándola que nada, ni caso. Con el tiempo ya sí.

Creo que lo que menos le gusta es la hora del baño. Cuando era bebé estaba como asustada, hay que bañarlos una vez por semana aproximadamente, no demasiado. Ahora ya sí, porque sale y se ensucia más. Al principio le daba curiosidad la ducha y como era más pequeña la podíamos aguantar con una mano. Lo que sí que le gusta es cuando la envolvemos en la toalla y la secamos. Hay que prestar especial atención a las orejas, como las tiene tan grandes, hay que limpiarlas bien porque sino le huelen mal enseguida. Y cuando está limpia, se nota que está muy contenta porque se pone a correr y saltar por todo el pasillo.

¿Conocíais la raza Teckel? Lo que más nos gusta es que es muy cariñosa, y siempre desde pequeña busca estar con nosotros en todo momento.

¡Qué rápido crecen! Igualmente vamos a recordar mucho cómo era de bebé, tenemos demasiadas fotos, ¡no podíamos parar! Ya veis.

Empezamos a sacarla a los tres meses y medio, siempre en brazos hasta que no tuviera las vacunas. Pensaba que iban a afectarle más los días posteriores, pero no. Al momento sí que se ponía nerviosa, pero luego se le pasaba y en un par de horas ya estaba como siempre.

Os iré contando qué tal nos va y cómo evoluciona ella. Ya ha crecido bastante, es una monada verla. Es muy inteligente y ya empieza a coger hábitos. Iremos viendo 🙂 Espero que os haya gustado esta introducción. Besos,

Helena.